martes, 28 de mayo de 2013

Hay cosas que nunca cambian.

Como el sentimiento de euforia cuando alguien que te gusta te besa por primera vez, aunque luego el momento se consuma tan rápido como un cigarro.
O cuando cruzas la mirada con un completo desconocido y en vuestros ojos se ve reflejada pasión.
O cuando de pequeño te caías y tu madre te daba un beso para que doliera menos.
O cuando algo planeado sale maravillosamente bien, aunque pocas veces pasa.
O cuando estás en una relación y la felicidad es tan extrema que te gustaría estar así siempre, que el tiempo se detuviese y os dejase eternamente abrazados, mirándose el uno al otro, como si de una fotografía se tratase.
Menos mal que nunca cambia nada. 
A pesar de crecer, cuando sufras tu madre seguirá consolándote. 
A pesar de que el momento no sea eterno con esa persona a la que amas, habrán más situaciones y personas que te harán sesear que el mundo se detenga.
Seguirás enamorándote a primera vista de muchos desconocidos, ...
Porque da igual el tiempo que pase, siempre nos quedarán situaciones por repetir y situaciones que experimentaremos por primera vez que nos harán elevarnos hasta el infinito.