A veces tenemos miedo, y es algo natural, miedo a equivocarnos, miedo a enamorarnos, miedo a que nos hagan daño, ...
A causa del miedo alejamos a gente a la que realmente le importamos, y ponemos barreras inquebrantables para sentirnos más fuertes. Pero el problema, ¿sabes cuál es? Que nosotros no decidimos en quien fijarnos o de quien enamorarnos. Si alguien nos llama la atención no podemos evitarlo, y cuando alguien te gusta hasta el punto de querer dejar de lado tus miedos, ¡pues hazlo! No sigas con esas inseguridades, no te llevarán a nada, es más, en vez de evitar el daño, te lo infligirán, por el mero hecho de darte cuenta tarde de lo que dejaste pasar un día: retazos de felicidad, y quien sabe si la felicidad en su estado puro.