domingo, 10 de junio de 2012
Elecciones, simples elecciones...
Yo elegí quererte y todas las consecuencias que ello conllevaba, elegí que tú fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, elegí también tu voz al otro lado del teléfono, elegí llorar por ti de vez en cuando, elegí creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras, elegí que no quería otros abrazos, ni otras manos, elegí nuestro mes del año y nuestro día del mes, elegí que tú fueras mi locura y mi cordura, elegí las idas y venidas, las despedidas, elegí la impotencia de tenerte lejos y la incertidumbre de no saber si estabas bien o no, elegí el miedo a fallar y los impulsos, elegí las miradas, elegí temblar, elegí hacerme adicta a ti, a tus manías, y a tu manera de hacer las cosas, elegí conservar intacto cada momento, y dejar huella, elegí no callarme nada, elegí hablar de nosotros en vez de hablar de mi, elegí ser fuerte y luchar por un solo motivo, elegí que tú fueses mi vida, por lo que me levantaba día tras día, elegí no poner límites, elegí arriesgar y jugármela por ti. ¿Y todo para qué? Para nada, para que tú de un día para otro destrozases nuestro cuento de hadas.
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