sábado, 15 de septiembre de 2012

El que tiene boca, se equivoca.

Desde que nacemos elegimos, desde que elegimos, nos equivocamos. Es ley de vida.
Siempre tendremos que elegir entre una cosa u otra. Incluso decidiendo que no vamos a elegir nada ya estamos eligiendo.
Se pasó mucho tiempo equivocándose, eligiendo por su cuenta, sin tener en cuenta las consecuencias, pero de eso aprendió mucho. Aprendió a caer y a levantarse después; aprendió lo que vale realmente la pena y lo que no; aprendió que las personas vienen y van, aunque hay algunas que pasan por nuestro lado y se quedan para toda la vida, pero eso depende solo y exclusivamente de nosotros, de nuestra futura elección, y de si queremos que esas determinadas personas se queden a nuestro lado.
Cada noche llora por la ausencia de aquellas personas que dejó ir, que por fallos que cometió se alejaron de su lado, pero así es la vida, debemos enmendar nuestros errores, y evitar que en un futuro nos arrepintamos de cosas que hicimos en un pasado no muy lejano.

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