Te das cuenta de lo que realmente te importa en tu vida, y de los errores que has cometido. Descubres la de trenes que has dejado marchar, y de que aún tienes tiempo de rectificar en algunos fallos.
Y a veces no nos damos cuenta de que algunas oportunidades caducan, y que a pesar de creer que hay cosas que jamás desaparecerán, pero no es así.
Luego, finalmente, nos arrepentimos, y sentimos una opresión en el pecho, pero ya es tarde, y ya no hay vuelta atrás.
La vida no es tan solo eso, no es mirar atrás y lamentarse, es mirar hacia delante, es mirar los fallos y cambiar para la próxima, es sonreír día tras día, a pesar de los problemas.
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